Hace unos días estuve disfrutando del que será, debido al cambio de tiempo, el último día de playa de este año. Me fui con la familia a una playa cercana. Hacía sol, calor y el día hacía apetecible el baño en el mar.
Pero como pasa muchas veces en esa playa (que da a mar abierto), había corrientes un tanto peligrosas y sobre todo mucho mar de fondo, con lo que había unas olas de tamaño considerable que golpeaban una y otra vez la playa. Con estas condiciones, lógicamente la playa lucía bandera roja, con lo que el baño está prohibido.
¿Pero creeis que no se bañaba nadie? Supongo que habeis acertado. Sí había mucha gente en el agua.
Es divertido enfrentarte a las olas fuertes. Desde pequeño siempre lo he hecho. Es lo que tiene el mar de divertido. Por eso acompañe a mi hijo a la orilla del mar y sujetándolo bien, pasamos un buen rato en las olas, pero siempre con el agua por debajo de mi cintura. A pesar de eso en un par de ocasiones acabamos volteados por un par de olas mucho más fuertes que las otras.
¿Hice mal? Puede, pero siempre tuve el control de la situación.
Sin embargo, a mi lado había mucha gente que yo creo que no tenia ese control. Se podía ver gente que sí parecía tener experiencia con las olas y ser buenos nadadores, pero otra mucha gente no. Había a mi lado niños sin vigilancia y otra gente a la que las olas los superaban en más de una ocasión.
Puede que esta gente, al disponer de socorristas en la playa, se confiaran de la situación. Aunque no es la primera vez que en esa playa se muere alguien, a pesar de los socorristas.
Y eso me hizo pensar...
En la montaña es habitual ver actitudes y aptitudes peligoras. Actitudes por la forma de hacer o tomarse las cosas y aptitudes, o más bien falta de aptitudes (técnicas y físicas) adecuadas al entorno de la montaña.
Y cuando algo sale mal en la montaña se pide un rescate. De la misma forma que cuando en la playa algo sale mal, los socorristas acuden al rescate. Y no sólo los socorristas, también patrulleras y otras embarcaciones, helicópteros y demás medios.
Y todos los años hay accidentes. En la playa y en la montaña. Y todos los años se habla del coste de los rescates en montaña. Se habla de millones de Euros de gastos, de imprudencias, de temeridades.
Pero nunca he oído hablar de lo que cuestan los accidentes en la playa. No me refiero a los rescates de mariscadores, marineros, y demás trabajadores del mar. Me refiero a los bañistas de las playas, a los turistas que bajan a las rocas del paseo marítimo, a los pescadores aficionados que se quedan bloqueados en una roca cuando sube la marea.
Es muy difícil, por no decir imposible cuantificar lo que cuestan los rescates en montaña. La transferencia de competencias a las comunidades autónomas de la responsabilidad de los rescates, hace difícil el cálculo.
Pero aún resulta mucho más difícil cuantificar lo que cuestan los rescates en la playa y en la costa. Los socoristas de las playas son competencia de los ayuntamientos, los otros medios de la Comunidad Autónoma. Pero también se movilizan medios del estado, como la Guardia Civil, y los helicópteros del SAR.
Pero no quiero entrar en si unos cuestan más que otros. Ni lo que cuesta por cabeza a los que pagamos impuestos.
Como ejemplo de rescates en montaña, en mi blog hay varios videos. Y que mejor para ilustrar este artículo que un rescate (reciente) en la playa:
No se quien es más irresponsable (si es que ello puede cuantificarse), si el que se adentra en una montaña desconocida mal equipado que el que hace caso omiso de la bandera roja en la playa, o quien se olvida de que la marea sube.
Y no seré yo el que juzge a nadie.
Pero cuando alguien me vuelva a decir que hay que cobrar los rescates en montaña, le diré que sí, que de acuerdo. Pero entonces hay que cobrarlos todos.
Tanto al excursionista que se pierde, como al escalador que sufre una caída.
Tanto al bañista playero al que arrastra la corriente, como al turista despistado que se cae en las rocas.
Y para acabar (el verano) una foto de la playa más bonita del mundo.
Sed buenos (si podeis) y felices.
5 Comentarios:
¿Y los recursos empleados cuando hay un partido de fútbol "clásico"? ¿Y los medios que se ponen en marcha con una simple corrida de toros? ¿Cuanto cuestan? No soy futbolero, ni mucho menos taurino. Pero no voy a pasarles factura de la misma manera que espero no me la pasen a mi; aunque para eso pago mi licencia federativa. ¿Los que montan esos "poyos" en los estadios también están federados? ¿Pagan sus seguros?
Una larga discusión.
Por cierto Fende... ¿qué playa es esta? Me molesta no reconocerla porque es posible que la conozca.
Un cordial saludo !
Es la playa de Carnota (A Coruña). Unos 8 km de arena...
Si no la conoces, deberías hacerlo.
Y al lado está el monte Pindo, un sitio muy curioso en donde hay rutas para caminar y también vias de escalada.
Saludos.
Hola Fende,
Totalmente de acuerdo contigo.. tal vez si cobrasen por los rescates en el mar y en la costa, la gente sería menos imprudente. He trabajado 3 años de socorrista en playas, y te puedo asegurar que la gente PASA OLÍMPICAMENTE de nosotros. Les puedes poner una bandera roja, que les da igual. A ellos un trapo rojo no les estropea su día de playa... y luego pasa lo que pasa.
La foto de la playa es im presionante... ya tengo ganas de ir a tu tierra para conocerla mejor...
Muy bueno el articulo.
En las playas ya empiezan a poner coto a los desmanes. En el ayuntamiento de Ferrol ya tienen una Ordenanza de playas, dónde bañarse con bandera roja es falta grave (de 301 a 1500 Euros)... y es de esperar que cunda el ejemplo.
Si hay que cobrar los rescates hay que cobrarlos TODOS (los accidentes de tráfico también...)
Saludos
buscando cosas de montaña, he encontrado tu blog.... me ha encantado (y eso que sólo he buceado un poco en él)......sólo decirte que como tú, soy una enamorada de la montaña, aunque seguramente la haya subido menos veces.............estoy totalmente de acuerdo con lo que dices aquí en esta exposición....es más, soy médica de Atención Primaria y entre otras labores, mi trabajo consiste en atender accidentes de tráfico............una vida humana no tiene precio, aunque sí un coste económico real y esfuezos técticos y emocionales de todo tipo, el atender sus necesidades
nosotros decidimos qué el lo que más nos importa
te dejo el enlace de mi web, por si quieres visitarlo
http://www.alkaidediciones.com/index.php
en ella subyace también esta filosofía
volveré a visitarte...........Pilar Iglesias
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