Fabricación de soporte tipo Horn
Materiales:
* Plástico duro, por ejemplo polietileno o similar.
* Bridas metálicas.
* Tubo de plástico termoretráctil.
* Lima.
* Papel de lija
Procedimiento:
Para ello necesitaremos algún tipo de plástico duro (pero no demasiado). En esta ocasión se ha usado un plástico (polietileno) procedente de la defensa de un remolcador, pero casi cualquier plástico resistente servirá.
Lo primero será aproximar la forma y hacer un rebaje en la zona en que se acoplará al mango del piolet.







Ahora que ya sabemos cómo cuidar nuestras prendas técnicas de membrana, lo siguiente es repararla si sufrimos un "accidente" con ella.
Crampones, piolets, tornillos de hielo, bastones, ramas, zarzas, "toxos", al final tarde o temprano, por mucho que la cuidemos, es cuestión de tiempo que acabe rompiendo por algún sitio.
Como no es lo mismo reparar una prenda de membrana, que pegarle un zurcido a unos calcetines o a tus roídos "calzoncillos de la suerte", debemos tener en cuenta algunas cosas sobre estas prendas y su construcción.
* Antes de empezar
El tejido de las prendas sueles ser un "laminado" que consiste en "pegar" varios materiales uno encima del otro. Así, (sin entrar en mucho detalle) tendremos siempre un tejido exterior (que es el más resistente y que debe ir hidrofugado). Tras él, se encuentra la membrana impermeable transpirable.
Y en las prendas de 3 capas, otra capa de tejido, generalmente más fino que el exterior, para proteger la membrana. En el caso de 2 capas, suele llevar un forro interior, bien de rejilla, polar o de otro tipo, pero que no va laminado al exterior.
Debemos tener en consideración, que la membrana, no se puede "reparar" como tal de forma separada al conjunto laminado. La membrana realmente es muy fina y bastante frágil.
En la foto, un tejido laminado de Gore-Tex 3 capas, en la que se puede apreciar el tejido interior (oscuro) y la finísima membrana (blanca).
Una vez dicho esto, tenemos varias opciones a la hora de plantearnos una reparación de una prenda de membrana, que vamos a explorar.
* Envío a fábrica:
Aunque mucha gente no lo sabe (tiendas y vendedores incluidos), Gore tiene talleres concertados por todo el mundo que hacen reparaciones de sus productos, independientemente de que el fabricante concreto de tu prenda haga o no reparaciones.
Así, si la rotura de tu prenda es considerable y/o no te ves capaz de repararla tu mismo, consulta con tu vendedor habitual la posibilidad de remitirla al fabricante de la prenda o a uno de los talleres autorizados.
Hay fabricantes que reparan sus productos, otros sólo en garantía, y otros, pues si te he visto no me acuerdo.
En el caso de los talleres de Gore, si tu vendedor no sabe cuál es el procedimiento, puedes ponerte en contacto directamente con Gore, y ellos informarán al vendedor del procedimiento. Por lo que yo sé, si no hace mucho que has comprado la prenda, este procedimiento, en ocasiones, puede ser totalmente gratuito.
De todas formas tampoco esperes una reparación milagrosa, normalmente, la reparación consistirá en aplicarle un parche de un tejido parecido (o casi) por encima y un sellado de costuras.
En la foto, una reparación efectuada por un taller oficial de Gore. Foto cortesía de Juan Antonio Mosquera.
La única forma de que tu prenda quede "como nueva" y no se note la reparación, pasa porque el fabricante "reconstruya" la prenda, sustituyendo toda la pieza de tejido, y vuelva a sellar las nuevas costuras.
* Repárala tú mismo: Exterior.
Si tu prenda es de un laminado de 3 capas, en realidad, poner un parche, no es nada que no puedas hacer tu mismo con un poco de maña y algo de cuidado.
Si es de dos capas con forro interior, será más complejo, puesto que necesitarás descoser el forro para poder acceder al interior del tejido, y bueno, la cosa se complica bastante.
Aunque lo más habitual (y recomendable) es que en montaña se usen prendas sin forro interior (o por lo menos extraíble).
En el caso de que la rotura sea pequeña (bueno, y no tan pequeña), una posibilidad más rápida y de resultados parecidos (e incluso mejores) es repararla tú mismo.
Lo primero a tener en cuenta es observar bien el "roto" y ver si por su forma, o zona en la que está que pueda recibir esfuerzos o tirones y es susceptible de hacerse más grande.
En ese caso, lo primero es asegurarse de que la cosa no vaya a más. Hay que coser. Sin miedo, no vais a romper nada, al fin y al cabo la membrana ya está rota. De todas formas es recomendable una aguja fina (cuanto menos agujero mejor), y tampoco hace falta hacer un "cosido completo". Unos cuantos "puntos" bien situados asegurarán la zona ante tensiones y tirones.
Una vez asegurada toda la zona (esto ya suena a operación de rescate). Tenemos que reponer la impermeabilidad. Los puntos en que la hemos perdido son la rotura (evidentemente) y los sitios en donde hemos cosido. Para ello tendremos que usar algún tipo de material impermeable que se pueda "pegar".
Aquí tenemos dos opciones.
Si la avería no es muy grande, podemos usar algún parche diseñado específicamente para la reparación de estas prendas. No hay muchos fabricantes "autorizados" por Gore, y no hay demasiado donde elegir. Aunque se fabrican en muchos colores, no siempre son fáciles de conseguir (con el rojo y negro no suele haber problema). Unos de los más extendidos son los de McNett.
Estos parches suelen venir en un "kit de reparación". Son adhesivos y se pegan por presión. Según Gore, deberían durar unos cinco lavados "tradicionales" (aunque si usamos la ducha como os comenté en el artículo sobre como lavar las prendas de membrana, os durarán bastante más). Pero como en realidad tampoco son caros y con fáciles de colocar, los podemos reponer sin problema cuando haga falta.
Una opción bastante buena (siempre hablando de pequeñas roturas, es acompañar estos parches de un sellador. Normalmente encontrarás dos tipos de selladores, uno con silicona (pensado para tiendas) y a base de Uretano (más recomendable para prendas). Los selladores de Uretano tardan bastante en secar, pero puedes hacerlo más rápido usando un "acelerante". En todo caso, limita su uso sólo a la zona de rotura y sobre todo leete bien las instrucciones y asegúrate de que lo tienes todo bien claro antes de empezar.
Eso sí, no te confundas de parches. Hay unos que está pensados para reparar vadeadores y neoprenos que llevan adhesivos y selladores que no tengo muy claro como pueden afectar a tu prenda.
Dependiendo del lugar, puedes aprovechar para poner el parche de tu club de montaña, por ejemplo, o si eres muy afortunado de tu patrocinador :-). O también puedes diseñar uno tú mismo (hay empresas que realizan estos parches a partir de sólo 10 unidades).
El parche puede ir cosido o pegado. Si es pegado, asegúrate de que pega bien, y si hay que pegarlo con calor y plancha, acuérdate de las precauciones comentadas en el artículo sobre el secado a e hidrofugado de prendas de membrana.
Como este tipo de parches suelen ir bordados, y son de todo menos impermeables, recuerda hidrofugarlo correctamente. Aunque la mayor parte de esa zona una vez sellada ya no será transpirable, un correcto hidrofugado siempre es recomendable, ya que estos parches suelen acumular bastante agua y tardar mucho en secar.
* Repárala tú mismo: Interior.
En el caso de usar un parche "casero" exterior, y si no hemos usado un sellador, tendremos que impermeabilizar la zona por el interior. Aparte de estos selladores, podemos usar uno de los parches comentados anteriormente, pegado por dentro o bien una cinta adhesiva impermeable.Cualquier cinta adhesiva e impermeable puede servir (incluso la socorrida cinta americana), aunque hay que tener en cuenta que la mayor parte de estos adhesivos, con el tiempo acabarán soltándose, por lo que sólo funcionarán bien como reparación provisional, si bien teniendo en cuenta lo que cuesta, puedes reponerlo siempre que haga falta.
De todas maneras, algo mejor que la cinta americana para esto, son cintas que sirven para todo tipo de reparaciones (también en el exterior), desde una chaqueta a una tienda, como por ejemplo la "Tenacious" de McNett.
La opción "profesional" y definitiva es usar una cinta de termosellado de verdad, como las que usan los fabricantes para las costuras. Ésta cintas llevan un adhesivo térmico que se puede aplicar con la plancha (tomando las precauciones comentadas en el planchado). Si tienes suerte y la encuentras, puedes usar la propia cinta de termosellado que fabrica Gore, llamada "Gore Seam", o puedes usar alguna de la "competencia", que hay unas cuantas.
Si el parche exterior va pegado, tan sólo debemos poner cinta en la "avería". Si lo hemos cosido, lógicamente habrá que aplicarlo además en toda la costura.
* Cremalleras y demás.
En el caso de que el incidente tenga que ver con una cremallera, la cosa se complica bastante, ya que las cremalleras no son fáciles de poner y deberías poner la cosa en manos de un profesional. Como lo que has pagado no ha sido poco, las cremalleras deberían funcionar durante toda la vida útil de la prenda. No lo dudes y reclama al fabricante de tu prenda.
Si la reparación de la cremallera en fábrica no es posible (o demasiado cara), busca a alguien que sepa coser de verdad, pero asegúrate de que sabe lo que hace.
Una vez reparada, tendrás que sellar otra vez toda la costura, tal como venía de fábrica. Para ello, lo más adecuado, es usar alguna de las cintas de sellado comentadas.
Los propios sellados de costuras de origen también pueden dañarse con el uso y despegarse un poco. La mejor solución es cambiar las zonas dañadas por cinta nueva. Si el problema es sólo el desgaste en algún punto concreto, llegará con pegar un poco de cinta por encima en esos puntos. No te preocupes por la transpirabilidad de esos puntos, la cinta original ya no era transpirable.
Aunque poco probable, puede que se descosa algún velcro. En ese caso, sólo hay que coserlo de nuevo y reponer el sellado de la costura.
Y en el caso de alguna goma elástica, seguro que en tu mercería habitual encuentras gomas parecidas que te pueden servir.
* Conclusión.
Todo lo comentado es aplicable en general a cualquier prenda impermeable transpirable que disponga de membrana laminada (Gore-Tex, Precip, eVent, HyVent, Triplepoint, Conduit, membrain, etc).
Pero como la imaginación es infinita y no tiene límite. Seguro que encontrarás otros materiales y formas de reparar estás prendas. Si te apetece compartirlo, no dudes en ponerte en contacto conmigo.
Una vez que nuestra carísima chaqueta técnica de membrana ya está limpia (ver como limpiarla), queda todavía algo por hacer, y esto es tan importante como un lavado correcto.
* El secado y el calor.
Aun usando productos adecuados, los lavados y el uso hacen que se pierda parte del tratamiento exterior hidrorrepelente o DWR (Durable Water Repelent). Una forma de "reponerlo" en parte es usar calor.
El calor, después del lavado, hace que el tratamiento DWR que todavía permanece en el tejido se redistribuya, contribuyendo a que funcione mejor. Por supuesto, esto no hace milagros, y si has perdido todo el tratamiento, el calor no va a servir de nada.
Para matar dos pájaros de un tiro, podemos usar la secadora para secar y "calentar" el tejido. Ahora bien, tiene que ser una secadora que esté bien limpia, sin residuos. Así aunque parezca que está inmaculada, conviene limpiarla primero (incluyendo filtros). Además debe de ser lo más grande posible, para que no estruje mucho la prenda. Por supuesto, hay que meter esta prenda sola (o como mucho con alguna otra prenda de membrana), primero para que no se "contamine" con residuos de detergentes de otras prendas y segundo para que esté más holgada.
De todas formas, como ya deberías saber (y si no lo sabes, es que tienes que ayudar más en casa), hay que tener en cuenta que la secadora desgasta bastante las prendas, por lo que no conviene abusar de este procedimiento. Siempre debe usarse un programa corto y a una temperatura moderada. Con 40° y de 40 a 50 minutos es más que suficiente. Hay que recordar que el calor excesivo no es bueno para las membranas y mucho menos para los termosellados de costuras y cremalleras.
Si no tenemos o no queremos usar la secadora, podemos dejar secar la prenda al aire, y una vez completamente seca podemos plancharla. Si bien muchos fabricantes indican que no se pueden planchar estas prendas, esto suele ser debido a que algunas incluyen materiales a los que el calor no les va muy bien, como tejidos elásticos (tipo Strech), gomas, etc.
Pero siguiendo las instrucciones de Gore sobre el lavado de prendas de Gore-Tex podríamos plancharla, pero siempre con ciertas precauciones, como hacerlo con vapor caliente (pero poco, ojo), y colocando una toalla o paño entre la prenda y la plancha. Hay que tener en cuenta que la temperatura máxima recomendada de lavado oscila entre los 30º y 40º y que la plancha en su modo más ligero ronda los 110º.
Por supuesto debemos tener cuidado con elásticos, velcros, plásticos, cremalleras selladas y demás para no estropearlas. Por dentro, lógicamente no es necesario plancharla, e incluso podría ser perjudicial para los termosellados.
* Cuando hidrofugar.
Pero tarde o temprano, por mucho que hayas cuidado tu prenda, los lavados, el uso, los roces, harán que acabe perdiendo el tratamiento hidrorrepelente.
Y si no has lavado la prenda como indica el fabricante, lo más probable es que apenas quede tratamiento. Incluso los mejores tratamientos apenas aguantarán uno o dos lavados con detergentes.
Bien, si a pesar de mantenerla limpia y haberle aplicado calor (o si ha sufrido lavados incorrectos), el agua ya no resbala bien sobre la superficie, es hora de reponer el tratamiento hidrorrepelente (o hidrofugar) la prenda de nuevo.
* Reponer el tratamiento DWR.
Para hidrofugar una prenda, usaremos un producto adecuado al tejido y membrana de la prenda. Los fabricantes que tienen productos de lavado para prendas técnicas también suelen tener productos adecuados para el hidrofugado.
Normalmente encontrarás dos tipos de productos que difieren en su forma de aplicación, uno está pensado para lavar la prenda con él y el otro es un spray con el que se rocía la prenda. En principio para prendas exteriores de membrana es más recomendable el spray, ya que al fin y al cabo, no necesitas este tratamiento en el interior de la prenda, es más fácil de aplicar y te evitas el proceso de secado.
También hay productos que efectuan la limpieza y el hidrofugado en el mismo proceso, pero la verdad, normalmente no necesitarás hidrofugar la prenda tras cada lavado.
Para aplicar estos tratamientos sólo hay que seguir las instrucciones del fabricante del producto, y tener en cuenta que algunos tienen un olor bastante fuerte cuando los estás aplicando (es mejor hacerlo en un lugar ventilado). Para que no te echen de casa por manchar algo, puedes usar la ducha de nuevo :-).
Recuerda aplicar el producto de forma generosa sobre todo en las zonas mas expuestas a roce y las que suelen recibir más agua, hombros, capucha, etc, y acuérdate de las costuras. En el caso de pantalones, son zonas importantes las que entran habitualmente en contacto con nieve o terreno mojado, como bajos, rodillas, culera, etc.
Aquí no hay que tomar demasiadas precauciones, tan sólo seguir las indicaciones del fabricante del producto, dejar secar (y ventilar si es el caso) adecuadamente.
* Esto tampoco acaba aquí.
De la misma forma que se indicaba en el lavado de las prendas técnicas, lo dicho hasta aquí es aplicable a cualquier prenda, que aún sin tener membrana , vengan de fábrica con tratamiento DWR. Como por ejemplo, prendas de tipo softshell y algunos cortavientos.
La única precaución es usar un producto adecuado al tejido de la prenda. Para saber que producto es adecuado, podemos dirigirnos a los fabricantes de estos. Encontrarás múltiples productos hidrofugantes para casi cualquier tipo de tejido.
Si no encuentras uno específico para tu prenda siempre puedes usar uno que sirva para membranas. Lo que no debes hacer nunca es usar uno, por ejemplo para tiendas en una prenda con membrana transpirable.
Pero ya metidos en faena, podemos aprovechar e hidrofugar casi cualquier cosa, incluso prendas que de origen no tienen tratamiento DWR.
Cualquier prenda susceptible de uso exterior, de cualquier material decente, (Schoeller, Cordura, IBQ, Polartec, etc), bien sean chaquetas o pantalones, te hará mejor servicio con un hidrofugado adecuado.
En realidad la mayor parte de las actividades en las que normalmente se suelen usar pantalones impermeables, pueden realizarse (incluso con mayor comodidad) con un pantalón más barato, pero correctamente hidrofugado.
Por supuesto, este tratamiento es imprescindible en los guantes de invierno y en las olvidadas polainas, independientemente del material del que estén fabricados.
Otras prendas candidatas a hidrofugar son todos los gorros (incluso de verano, que no solo llueve en invierno), y los guantes que aún no estando pensados para nieve, vayan a usarse alguna vez como capa exterior (Windstopper, Powershell, etc) y como no, la mochila, que aunque no la vas a convertir en impermeable, resistirá un poco mejor la lluvia.
Tampoco es mala idea hidrofugar las prendas de pluma, tanto sacos como plumíferos, siempre teniendo cuidado de usar productos adecuados para pluma.
Y no te olvides de las botas. Debes hidrofugarlas correctamente, tengan o no membrana. Si son de piel, también hay productos específicos para ellas, que además nutrirán la piel y la harán durar mas tiempo.
Y cuando el doble techo de tu tienda ya empiece a estar un poco achuchado, pues tampoco le vendrá nada mal esta operación.
Por último, recuerda que una vez hidrofugada la prenda, debes de lavarla con productos adecuados para mantener el tratamiento.
Continúa en reparación de prendas de membrana.
Un tema recurrente en foros y conversaciones de taberna a la vuelta de actividades, es la limpieza de ropa técnica provista de membranas impermeables/transpirables, tales como Gore-Tex, Precip, Event, etc. Se oye de todo, y no siempre todo lo que se dice es correcto.
Al ser prendas de precio más que elevado, hay que tener cuidado para no estropearlas, pero tampoco es demasiado difícil. Sólo hay que tomar ciertas precauciones.
Veamos.
* Lo primero, ¿Es es necesario lavar las prendas de Gore-Tex y otras membranas?
Pues sí, es necesario.
La suciedad que se deposita sobre la prenda tiene un efecto negativo sobre el funcionamiento de la membrana, ya que por un lado, esta suciedad retiene el agua sobre la prenda, evitando el correcto funcionamiento del tratamiento exterior hidrorrepelente o DWR (Durable Water Repelent) . Y si la capa externa se satura de agua, es imposible que la prenda transpire.
Además el polvo o partículas que penetran en el tejido, pueden "tapar" los poros de la membrana, con las mismas consecuencias.
* Lo segundo, ¿Cuando hay que lavarla?
Hay fabricantes que dicen que cada cierto número de usos, pero la verdad es que depende mucho del tipo de uso y de donde la hayas usado. Cuando veas que el agua no "resbala tan bien" como antes sobre la prenda ya es la hora.
* Y ahora, ¿Como hacer el lavado?
Lo primero que debemos hacer (como con cualquier prenda), es mirar la etiqueta en la que siempre hay instrucciones al respecto. Si eres de los que cortan las etiquetas para "aligerar", deberías haberlas guardado...
En la foto, instrucciones de lavado de una prenda con membrana Precip de Marmot (izquierda) y de una prenda de Gore-Tex XCR (derecha).
Lo siguiente que podemos hacer es obtener información del fabricante de la membrana, para asegurarnos de que no contradice las instrucciones del fabricante de la prenda (que de todo hay) y no tener problemas posteriores al lavado.
En ocasiones encontraremos instrucciones claras, más o menos detalladas, generalmente en inglés. Pero otras veces sólo encontraremos indicaciones en forma de símbolos. Prácticamente en todas las prendas de este tipo encontraremos las mismas instrucciones (o casi), que serán generalmente:
- Lavar en agua fría máximos 30º o 40º (dependiendo de la prenda).
- No usar blanqueadores, lejías y demás.
- No limpiar en seco.
- Se puede secar en secadora (con limitaciones).
- Algunas se pueden planchar (otras no).
Como decía, una cosa que hay que tener en cuenta es que no siempre las instrucciones proporcionadas por el fabricante de la prenda y de la membrana coinciden completamente. En ocasiones (algo demasiado habitual) el fabricante de la prenda no hace todas las observaciones necesarias sobre el cuidado de la membrana.
Así, lo que muchos fabricantes no suelen indicar, es que no se pueden usar los detergentes o jabones habituales para ropa. El motivo de que no puedas usar tu detergente favorito, es que los detergentes y jabones actuales contienen múltiples componentes químicos, y entre ellos hay lo que se llaman agentes tensioactivos o "surfactantes". Éstos tienen propiedades "hidrofílicas" y sirven para que el agua moje bien los tejidos. Justo lo contrario que pretendemos con los tratamientos "hidrofugantes".
Estos componentes químicos destruyen el tratamiento DWR de las prendas. Por supuesto, cualquier otro producto químico (como suavizantes, blanqueantes, cloro, perfumes, etc) seguramente también tendrá efectos nefastos sobre los tratamientos hidrófugos de la prenda .
Para no jugárnosla, y teniendo en cuenta la pasta que tenemos entre las manos, lo mejor es usar un producto específico y de calidad contrastada para efectuar el lavado, por ejemplo productos de fabricantes como Nikwax o Grangers.
Si bien estas prendas se pueden lavar en lavadora, en general tampoco es muy necesario y quizás no del todo recomendable. Ten en cuenta que tu lavadora tendrá muchos residuos de detergentes, suavizantes y demás como consecuencia de su uso habitual, justo lo que tenemos que evitar a toda costa. Si aún así quieres usar la lavadora, deberías hacer previamente un par de lavados sin detergente para eliminar estos residuos.
Como opción a monopolizar la lavadora durante toda una tarde, y para ayudar a mantener la paz doméstica, puedes hacer un lavado a mano en un cubo o en la bañera (dejando la prenda a remojo un buen rato, y agitándola de vez en cuando). Así lo único de lo que tenemos que preocuparnos es de la temperatura del agua y de usar un producto limpiador adecuado.
No olvides, antes del lavado, cerrar todas las cremalleras y velcros, y aflojar todos los elásticos de la prenda.Otra alternativa, no muy conocida, y muy útil sobre todo para manchas localizadas o pequeñas superficies, es que hay fabricantes que ofrecen un limpiador que se rocía sobre la prenda y luego sólo queda pasar un paño húmedo y dejar secar.
Una vez realizado el proceso de lavado (el que sea) hay que aclarar bien la prenda para eliminar al 100% cualquier resto de jabón (recordemos que cualquier partícula extraña en la superficie de la prenda jugará contra la transpiración). Para esto también puedes usar la ducha (como se comenta luego).
* Pero podemos evitar lavados innecesarios.
Y ahora observación, en realidad, el problema más habitual que nos tienta a lavar la prenda suele ser el mal olor acumulado. Lo ideal es prevenir este problema. No podemos evitar el sudor, pero lo que si podemos hacer es cada vez que la usemos, al llegar a casa, limpiar el interior (y exterior de paso) con agua templada, para mantenerla lo más limpia posible.
Una forma de hacer esto es poner la prenda de una percha, colgarla dentro de la ducha y darle un buen repaso con agua templada (sólo agua). Si lo hacemos por fuera, eliminaremos polvo y partículas, y si lo hacemos por dentro, la mantendremos más tiempo sin olor. Luego la dejamos secar y ya estará lista para la siguiente salida.
Cuando esto ya no funciona, y la gente se aparta de tu camino cuando te acercas, toca lavarla para eliminar el tufo. Pero para eso, realmente no hay que lavar toda la prenda.
El olor se produce normalmente por la acumulación de sudor en la capa interior de la prenda. Capa que por cierto no necesita el tratamiento DWR. Entonces podremos lavar la prenda por dentro sin demasiados problemas, sin miedo a estropearla. Para ello, lo más fácil es darle la vuelta a la prenda, cerramos la cremallera, la colgamos otra vez en la ducha y con una esponja y jabón podemos darle un repaso (sólo por el interior). Luego aclaramos bien y la dejamos secar.
* Esto no acaba aquí.
Todo lo dicho es aplicable casi al 100% a cualquier prenda exterior que aunque no tenga membrana, disponga o pueda disponer de tratamiento hidrófugo o DWR, como por ejemplo, las prendas de tipo Softshell (Gore, Schoeller, etc). También, con las diferencias evidentes al calzado con membrana.
En todo caso, asegúrate primero con las instrucciones de los fabricantes tanto de la prenda como de la membrana o tejido.
También ten en cuenta que hay prendas que además de las membranas pueden tener aislamiento (sintético o de pluma) u otras capas interiores. Además de lo dicho sobre las capas externas, debes tener en cuenta las precauciones debidas con estos materiales. Por ejemplo, algunas de esas prendas no se deben secar colgadas. Busca la información adecuada sobre cada prenda antes de meterte en faena.
Continua con el secado e hidrofugado de prendas técnicas de Gore-tex.

En todos los refugios guardados, y en Internet, encontramos unas normas de uso para los refugios guardados, que si bien son de sentido común, no siempre son seguidas por todo el mundo.
En el caso de los refugios libres, rara vez encontrarás esas normas, que en realidad no deberían hacer falta. Digo deberían, porque la verdad, no es raro encontrar los refugios libres en condiciones lamentables provocadas por usuarios que quizás no deberían haber salido nunca del terreno asfaltado.
Estas normas, pueden ser básicamente:
- No dejes ningún tipo de basura.
- Deja todo perfectamente ordenado y limpio, independientemente de cómo lo hayas encontrado.
- Déjalo bien cerrado (puertas y ventanas).
- No enciendas fuego si no es realmente necesario, a menos que lleves tú la leña.
- Respeta el mobiliario.
- Si puedes, mejóralo.
De la misma manera, si te sobra una lata de comida, un sobre de pasta, unas barritas, galletas, una carga de gas que ya no vas a utilizar porque está por la mitad, un trozo de vela, o unas cerillas, no dudes en dejarlas allí. Incluso esa manta térmica o esterilla que vas a cambiar porque está un poco rota. Es posible que alguien en dificultades lo necesite.
No creo que haya que decirlo, pero no dejes comida que no esté perfectamente cerrada en su envase original, que vaya a caducar pronto, o cosas que se estropeen con el calor o el frío. Sobre todo en zonas bajas, aunque no es fácil, procura que la comida quede a salvo de otros usuarios del refugio, como los ratones (gracias Mannie).
- No todos son refugios.
Pero si las circunstancias no te han dejado otra opción y has tenido que refugiarte allí, trata todo con el máximo respeto, y deja todo tal y como lo has encontrado. Y no está de más cuando por fin te encuentres en el valle, preguntar por él y darle cuentas. Si no lo encuentras, puedes dejarle aviso por medio de algún vecino y hacerle llegar tus disculpas, incluso una propina o dejarle pagados unos cafés en el bar del pueblo en muestra de tu agradecimiento.
Recuerda que es su casa, y no tiene ninguna obligación de dejarla abierta o de permitirte entrar en ella.
- Y por favor, no hagas pintadas.
Creo que está todo, pero si crees que puede añadirse algo, adelante, házmelo llegar.
Deja sólo huellas, llévate sólo fotos.
Hoy daremos un repaso a las normas referentes a los pitones de escalada y alpinismo, que son la UNE-EN-569 y la UIAA-122.
Lo primero, definir lo que es un pitón. Según la norma, un pitón de escalada y alpinismo es un “Dispositivo que, cuando se inserta en la grieta de una roca mediante un martillo o dispositivo similar, constituye un anclaje.”
Dicho esto, diferenciaremos dos partes en los pitones:
Cabeza: Parte del pitón que contiene el orificio (u orificios) del punto de sujeción usado para unir la cuerda (mediante un conector), y que normalmente es la parte que se golpea cuando se inserta el pitón.
Filo: Parte del pitón que se inserta en la grieta de la roca.

Respecto a su uso, la norma distingue dos tipos:
Pitón de seguridad: Pitón que posee una gran resistencia a la tracción y que tiene una longitud de al menos 90 mm.
Pitón de progresión: Pitón con resistencia a la tensión inferior a los pitones de seguridad.
Según el material empleado, se distingue:
Duros: Si se hacen los pitones con acero tratado con calor con una dureza mayor que 38 HRC, y tienen que presentar un aspecto oscuro.
Blandos: Los pitones que se fabrican con otros materiales y con dureza inferior a 22 HRC, que además tienen que ser de color claro.
En la imagen podemos ver varios tipos de pitones (a la izquierda dos modelos de pitones blandos y a la derecha duros).

En cuanto a la forma y diseño de los pitones de escalada, las normas apenas tienen requisitos. Tán sólo indican algunos requerimientos para el orificio (ver figura siguiente):
El orificio debe tener al menos 3 mm de grosor.
Los bordes internos del orificio deben ser redondeados con un radio mayor que 0,2 mm o estar biselados en más de 0,2 mm × 45º.
El orificio debe permitir con holgura el paso de una pieza de 15 mm de diámetro.
Y por supuesto, la cabeza y el orificio deben estar libres de rebabas y de bordes afilados.

Y ahora veamos la resistencia. Tenemos diferentes valores según el tipo de pitón y la dirección de la fuerza aplicada, que se resumen en la imagen siguiente:

Muy importante, es el marcado de los pitones, que deben llevar marcada en su cabeza, como mínimo la siguiente información:
El nombre o marca comercial del fabricante, o su representante en la Comunidad Europea.
La longitud del pitón, expresada en centímetros redondeados a la baja al centímetro entero más cercano.
Y en el caso de los pitones de seguridad la letra "S" en un círculo.
Y por último, pero no por eso menos importante, es la documentación que debe acompañar a cada pitón.
En esta debe constar, entre otras cosas, la identificación del fabricante, las normas aplicables, información sobre el uso del pitón, la fuerza de ruptura, cómo efectuar el mantenimiento, la vida media del producto y los efectos de agentes químicos y de la temperatura en el producto.
Lo que hecho a faltar en esta norma, como en la referente a los crampones, son pruebas sobre la pérdida de resistencia por fatiga de material, máxime cuando es un producto que se pone y quita a martillazo limpio.

Eso es todo, amigos.
Fuentes: Normas EN y UIAA.
De la misma forma que un caballero elegante debe de tener en su armario un traje gris (que sirve tanto para bodas como para funerales), un montañero prevenido debe tener siempre en su mochila una manta de supervivencia o emergencia.
Una manta de supervivencia pesa poco (hay modelos de 50 gramos) cuesta poco más que una caña de cerveza, y sirve para muchas cosas. Entre sus mútiples usos está el abrigarte en un vivac imprevisto (principal motivo de llevarla), resguardarte de la lluvia o aislarte del suelo húmedo en un vivac (previsto en este caso), o para descansar a resguardo del sol en verano en esas montañas en las que no encuantras ni una sombra.
En el mercado hay muchos modelos de diversas marcas, pero por su forma podemos dividirlas en 2 grupos.
Por una parte las mantas tradicionales, de forma rectangular, de diferentes medidas, con más posibilidades de uso para aislarnos del suelo o como cobijo de la lluvia. Y por otra parte las fabricadas en forma de saco o funda, que nos protegerán mejor en el caso de un vivac imprevisto.

En cuanto a los materiales usados, básicamente se componen de una base de algún material plástico (poliester o polietileno normalmente), más o menos fino, sobre el que se depositan capas metalizadas con objeto de reflejar el calor de nuestro cuerpo. En algunos modelos, una de las caras presenta un color naranja para facilitar la localización del usuario en el caso de un rescate.
Aquí tenemos que tener una cosa clara. Este tipo de mantas apenas aisla como tal, no es como un saco de dormir relleno de un aislante (fibra o pluma) que retenga capas de aire. Lo único que hace es reflejar el calor que desprenda nuestro cuerpo.
Las mantas más ligeras son más finas, generalmente más baratas, y a veces más pequeñas. Como ventaja tienen que no nos dará pereza cargarla siempre en la mochila, aunque es habitual que no sobrevivan a más de una noche de uso. Antes de comprarla comprueba que tiene un tamaño adecuado, o puedes llevarte una desagradable sorpresa cuando más falta te haga.
Hay mantas más gruesas y robustas que te durarán más aunque debes saber que una vez abierta casi nunca conseguirás volverla a doblarla y que ocupe lo mismo. Algunos modelos traen una pequeña funda de transporte que facilitará bastante el que la mante ocupe poco más que nueva.
Una vez aclarados estos conceptos, podemos dar un repaso a algunos de los productos que podemos encontrar en el mercado, teniendo claro que hay más modelos y fabricantes de los expuestos aquí.
En el catálogo de algunos de los fabricantes de material de montaña habituales en las tiendas de nuestor país tenemos modelos de mantas de supervivencia sencillos, como en el caso de Ferrino, Salewa y Vaude (imagen inferior), con pesos entre los 55 gramos de la Ferrino y los 60 de la Salewa y Vaude. En este caso, el peso no se debe a diferencias de espesor del material sino al tamaño, ya que en el caso de Vaude y Salewa miden del orden de los 210/220 cm de largo por 160 cm de ancho, la Ferrino tan sólo tiene 130 cm de ancho (130 cm de ancho son suficientes para taparse, pero para "envolverse" queda un poco justo). Los precios de estos tipos de mantas oscilan en general entre los 4 y 7 € aproximadamente.

Con forma de funda, tenemos por ejemplo la Ferrino Rider (250 gramos y unos 16 €). Es como una funda de vivac, e incluso tiene una cremallera.

Si nos fijamos en algunas marcas especializadas en equipo de rescate y supervivencia, encontraremos también productos de este tipo. Por ejemplo, los estadounidenses de Adventure Medical Kits tienen un modelo con el exterior de color naranja (68 gramos)...

Y otro modelo más grande para dos personas (100 gramos). Como curiosidad, el modelo de dos personas trae impresas unas instrucciones de supervivencia. De precio, como el resto.

Por supuesto disponen de un par de modelos con forma de funda, uno más sencillo (100 gramos).

Y otro más pesado y resistente, con 4 capas de algo denominado Thermo-lite, y que casi parece un saco de dormir hiperligero.

Otra marca especializada, Británica en este caso es Life Systems. Como en los modelos de la competencia, el modelo sencillo (Thermal) ronda los 60 gramos, y tienen también un modelo más grande (Blizzard), que equivale a la doble vista antes, con un plástico más grueso, que nos durará mucho más (320 gramos con funda de transporte). De la misma forma, también tienen un par de modelos con forma de funda, también con distintos grosores de material. Los precios, desde las 4 hasta las 30 Libras.
Y además un modelo denominado "survival bag" que en realidad no es más que un saco de plástico de color naranja...

... y si tienes una bolsa grande en la que entra una persona, ¿porqué no hacerla más grande y que entre más gente?
Supongo que eso fue lo que pensaron los diseñadores de LifeSystems, haciendo suyo el dicho "cuantos más seamos, mejor lo pasaremos" :-D.
Y así tenemos los refugios de emergencia denominadas Bothy. Fabricados con nylon siliconado, están disponibles en varios tamaños para 2, 4 (6 apretados) y 8 (12 apretaditos), y pesos desde los 350 gramos del Bothy-2 hasta los 950 gramos del modelo grande. El precio, pues excesivo a mi entender, 60 Libras de las de allá (Esterlinas) para el modelo de 4 personas.

Seguramente echarás de menos en este artículo que me moje y opine de estos productos, que recomiende alguno, o que diga que resultado da cada marca. Pues me temo que no puedo hacerlo. Por suerte, el uso que yo he hecho de este tipo de artículos ha sido muy ocasional, y nunca en condiciones "duras".
Lo único que si puedo recomendarte encarecidamente es que inviertas un poco de dinero (tampoco hace falta mucho) en una manta y que la lleves siempre en tus salidas al monte.
Salud y suerte.
P.D.: Posiblemente estás pensando que hay algún producto de este tipo que falta en este artículo. Si es así, dímelo y lo incluyo. También es posible que hayas tenido experiencias (unas gratas, otras no) con mantas de supervivencia en vivacs imprevistos y que hayas llegado a valiosas conclusiones que te apetezca compartir. Si es así, no te cortes y escribeme.
Siguiendo con la serie de artículos sobre normas de equipos de montañismo, ahora le toca a los crampones.
Las normas aplicables a los “pinchos” son la EN-893 y su equivalente UIAA-153.
Como en todas las normas, aparte de determinar las pruebas que deben hacerse para homologar los equipos y cómo deben de hacerse estas, también se definen ciertos requisitos en cuanto a la forma y/o características de los mismos.
En este caso, los requisitos en cuanto a forma de los crampones no son muchos, la verdad.
Veamos algunos:
- Deben de tener por lo menos 8 puntas, de las cuales, por lo menos 6 deben ser verticales (con lo que ninguno de los denominados “crampones de 4 ó 6 puntas” cumplen la norma).
- Las puntas además deben de tener una longitud mínima de 20 mm.
- Y por supuesto deben de contar con un sistema de sujeción a la bota.

En cuanto a la resistencia de los crampones, por una parte tenemos la resistencia axial (3kN), por otra la resistencia de los elementos de sujeción a la bota (1 kN) y por último la resistencia de las puntas (ver imagen).

Las resistencias que se muestran son fuerzas de rotura. La resistencia a la deformación es menor lógicamente, pero en todo caso más que suficiente.
Otra cosa es la posibilidad de rotura por fatiga de material, de eso la norma no dice nada (aún me acuerdo de mis Sarken…).
Bueno, y hasta aquí, que esta norma no da para más.
Felices ascensiones.
Fuentes: Normas UIAA, Normas EN
Lo primero que hay que aclarar con esta norma, es que, a diferencia de las otras normas UIAA, todavía no hay norma EN, a pesar de que la norma UIAA ya tiene unos años.
Quizás por esta razón (al no existir norma EN obligatoria), muy pocas marcas han seguido la norma para certificar sus productos (de hecho sólo 2 a la hora de escribir este artículo).
Y dicho esto, podemos echarle un vistazo a la norma.
Aparte de algunos requisitos obvios referentes a los agujeros y bordes, se plantean principalmente 2 exigencias a las anclas para cumplir la norma.
La primera es el tamaño mínimo del ancla. Tamaño, que proyectado (ver dibujo) debe ser por lo menos de 350 cm2.

El segundo requisito importante es la resistencia del conjunto que debe ser por lo menos de 6 kn, medidos de la forma que indica el siguiente dibujo.

Aquí hay que dejar claro que una cosa es la resistencia del material que constiuye el ancla (factor medible en laboratorio) y otra cosa es la resistencia del ancla una vez clavada en la nieve (factor aleatorio y dependiente del tipo y estado de nieve).
Y para finalizar, comentar que un ancla bien instalada aguanta lo suyo, aunque no es fácil colocarla bien y requiere cierto aprendizaje.
No hay nada más peligroso que un mal anclaje que parece bueno...
Muchas veces he visto y leído decálagos o listas de normas sobre la seguridad en Montaña.
A veces algunos decálogos se llevan la contraria unos a otros, y en algunos foros se han mantenido encendidas discusiones sobre lo que se debe o no se debe hacer.
Yo lo que creía sobre este tema es que las pautas a seguir en montaña difieren según el lugar, la actividad, la climatología, las personas y muchas otras circunstancias. Así cuando generalizamos estas normas para todo el mundo y todas las actividades, no se acaba acertando.
Eso hasta hoy.
Como hace un tiempo endiabladamente malo, la cantidad de tiempo que paso delante de esta pantalla o rebuscando entre los libros se duplica, y encuentras cosas...
Como las normas sobre seguridad en montaña que he encontrado en la Página Oficial de Turismo de Francia (FranceGuide).

No es un decálogo. Son sólo cinco normas, fáciles de recordar y muy genéricas. Tan genéricas que permiten que sean aplicadas por todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones y en todas las actividades, pero a mi entender completamente acertadas.
Veamos cuales son:
- Adoptar siempre un comportamiento razonable.
- Respetar la montaña.
- Estar atento.
- Preparar el equipo.
- No dejar nada al azar.
Puede que pienses que son tan genéricas que te dicen poco, pero cada una de estas aparentemente sencillas normas, debe hacerte reflexionar mientras programas una actividad, antes de empezarla y mientras la lleves a cabo.
Suerte.