Montañismo invernal
Técnicas básicas de progresión y escalada
Andy Cunningham y Allen Fyffe
Ed. Desnivel
PVP: 29,50 €
344 pág.
Hay muchos libros, guías y manuales sobre montañismo y alpinismo. Muchos buenos, otros no tanto y alguno muy malo. También los hay que en su día fueron buenos, pero que con la evolución de técnicas y materiales se han quedado un tanto obsoletos.
También hay libros muy especializados en algunas actividades, y otros que queriendo abarcar mucho, pasan por encima en casi todo (ya se dice "quien mucho abarca, poco aprieta").
En este caso, nos encontramos con un libro sobre montañismo invernal, que sin ser demasiado genérico, tampoco está "superespecializado". Aunque su nombre pueda hacer pensar otra cosa, en realidad va un poco más allá de lo que se suele considerar "montañismo", y que viene a ser lo que se considera aquí alpinismo.
En su interior nos encontramos en realidad la guía oficial para el certificado de Guía de Montaña Invernal (Winter Mountain Leader) y para el de Instructor de Montañismo en el Reino Unido.
A pesar de no ser un "tocho" de manual, creo que recoge todo lo importante en este tipo de actividades, y con la profundidad necesaria, aunque siempre podremos ampliar cuestiones concretas en otros manuales más especializados.
Entre otros temas, puedes encontrar información sobre material y equipo, meteorología y orientación invernales, progresión con crampones y piolet, autodetención, nieve y avalanchas, anclajes y reuniones, aseguramiento, técnica y estrategia de escalada invernal, contratiempos invernales, etc.
Es decir, todo (y algo más) de lo que aquí suele constituir el temario de los cursos de alpinismo nivel I y II.
Con buenas explicaciones, fotos suficientemente ilustrativas (no sólo para decorar), y dibujos muy claros.
A destacar que tanto fotos como dibujos son en color, lo que hace mucho más fácil entender las maniobras descritas. Y se agradece la buena calidad del papel en un libro que consultaremos repetidas veces.
Por buscar una pega, a pesar de explicar la colocación de clavos, apenas dedica unas líneas a la colocación de empotradores y friends. Y aunque realmente, un libro no es lugar para aprender eso, hay otros libros especializados en el tema, como por ejemplo "Anclajes de escalada (Long - Gaines)"
En definitiva, un buen manual, recomendable para todos los que en invierno, les gusta salirse de las sendas marcadas.
Pero recordad que sólo es papel.
Ver ficha del libro
No hay palabras para definirlo, sólo ver y disfrutar.
IKER POU - DEMENCIA SENIL (MONTAJE 2.1) from jordi canyigueral on Vimeo.
Para saber más puedes ir a la web de los Pou
Visto en SC
En este segundo artículo sobre la fabricación de gatos (ir a la primera parte), veremos por fín, el proceso de fabricación de los pies de gato.
Continuamos:
Ahora empezaremos a fabricar por fin los gatos. Lo primero serán las suelas.
Para ello, volvemos a usar la platilla de cartón del contorno del pie del primer paso y traspasamos su forma al cuero de suela de 3 mm. Es importante lijar bien los bordes y ser cuidadosos con el acabado.
El paso más divertido y creativo de todos es en el que se forra la horma con cinta de carrocero y se dibuja como será el gato, las distintas piezas, costuras, lengüeta... y luego con un cúter se cortan estas piezas se despegan y se aplanan.
Si hicimos bien el trabajo de diseño sobre la horma las piezas son fáciles de aplanar (geometría desarrollable). Para entenderse, las zonas que tienen una curvatura en una dirección no tienen problemas (asimilables a cilindros o conos) las que tienen dos curvaturas hay que hacer cortes para poder aproximarse a esa forma (esferas, paraboloides hiperbólicos...).
La piel y el cuero de todos modos siempre nos dan un cierto margen (por eso se usan en el calzado), se adaptan a la forma no solo durante el proceso de fabricación sino también a posteriori durante el uso (pero hay que ponerles las cosas fáciles).
Una vez que tenemos estas piezas de cinta de carrocero diseñadas y cortadas las usamos como plantillas para cortar las piezas de piel.
Y ahora, el cosido.
Quien tenga una máquina de coser capaz de coser cuero bienaventurado sea. Yo lo hice a mano, con un punzón y una aguja.
Se hacen una serie de agujeros equidistantes del borde y entre ellos. Para hacer los agujeros de la pieza contigua se ponen los bordes uno al lado del otro y se realizan los agujeros siguiendo los agujeros de la otra pieza.
Dependiendo del punto que hagamos se pueden hacer los puntos emparejados o desplazados de medio paso.
Los agujeros de las suelas se hacen con un taladro muy fino (se podría usar un minitaladro, tipo dremel o similar), debido a que con el punzón es muy difícil. Se pueden superponer piezas de ambos gatos para ir haciendo los agujeros iguales.
Una vez que tenemos las piezas agujereadas se pasa el hilo con la aguja dos veces, una en cada sentido para que quede más fuerte y equilibrado.
Nota: No escatiméis con el hilo ni con la tensión pero sobretodo no escatiméis con el cuidado, la precisión y el esfuerzo.
Para hacer los agujeros de los cordones se puede usar un sacabocados. En la foto podéis ver como en esa zona pegué un refuerzo de cuero para que no se rompiera por la tensión.
La lengüeta es importante que sea gordita, o incluso se puede alcolchar un poco, para evitar que puedan hacer daño los cordones sobre el empeine.
Una vez que esta todo el gato cosido se monta en la horma y se ata con los cordones para pegarle la bandas de goma (de un neumático de bicicleta, pero es mejor encontrar algo más grueso) y las suelas.
Aquí usé la cámara de bicicleta para envolver el perímetro del pie y tirar del talón. La goma de 3 mm la usé puesta en doble para la media suela y simple para la parte trasera de la suela y la puntera.
En este paso tal vez sea buena idea contratar a un profesional para que os ponga por lo menos medias suelas y puntera. Es importante que la goma que pasa por detrás del talón esté en tensión cuando se pega al cuero porque ayudará a apretar bien el pie.
Y éste es el resultado.
Y ahora sólo queda estrenarlos :-).
Cuando pensamos en bricos relacionados con la montaña, la cosa no suele pasar de tunear la mochila, cortar asas de tazas, etiquetas de la ropa y algún que otro apaño.
Pero el brico de hoy es un tanto particular, ya que no se trata de "poner o quitar", sino de fabricar desde cero.
Al lio:
Fabricación de pies de gato caseros
Idea, fabricación, fotos y mucho trabajo: Adrianovskj
Texto: Adrianovskj/Fende-Testas
Materiales:
- Cuero de Suela de 3 mm.
- Piel de serraje.
- Goma de 3 mm.
- Cámara de bici.
- Unos tacos de madera.
- Cola.
- Cartón.
- Cinta de carrocero.
- Hilo.
- Herramientas para trabajar madera.
- Punzón y aguja.
- Un poco de habilidad, paciencia y muchas ganas.
Procedimiento:
Lo primero que necesitamos es hacer unas hormas que nos sirvan de molde para los gatos (una para cada pie, claro). Las hormas las realizaremos con unos tacos de madera del tamaño adecuado, y preferiblemente con una madera que no sea dura (así será más fácil de trabajar).
El primer paso para realizar las hormas, será realizar una plantilla del pie. Para ello traspasamos el contorno del pie a un cartón duro.
Salvo que tengamos los dos pies muy diferentes, nos servirá la misma plantilla para los dos gatos. Pero si somos muy sibaritas apenas dará trabajo, realizar dos plantillas y tener hormas diferentes, pero no te vayas a equivocar y a hacer las hormas al revés ;-).
Una vez bien dibujada, la recortamos con cuidado y lijamos bien los bordes, ya que para obtener un buen resultado es importante que tenga un buen acabado.
Vamos ahora a fabricar las dos hormas en madera, una para cada pie.
Empezamos trasladando el contorno de la plantilla al taco y rebajaremos la madera por los laterales (eje horizontal), acercándonos un poco a la forma del gato, pero sin pasarnos (fíjate en la última foto de este bloque).
Como van a ser unos gatos bastante "técnicos" y van a tener cierta curvatura en la planta, prepararemos un molde para la forma de la planta con otro taco de madera (servirá el mismo para los dos gatos).
Cuando tengamos la forma definitiva de este molde, le ponemos papel de lija (sigue leyendo para saber la razón de esto).
Tras tener el molde de la curvatura de la planta finalizado, traspasamos esta "curvatura" a la planta de cada horma, y desbastamos con sierra, trencha y escofina.
El acabado correcto, lo conseguiremos lijando con el propio molde de la curvatura (al que le pusimos papel de lija).
Nota: Esta curvatura resultó luego ser excesiva.
Usando de nuevo la plantilla de la planta del pie, marcamos en las hormas el contorno del pie. Pero para darle la forma definitiva, también necesitamos el "alzado". La forma de la curva inferior ya la tenemos, pero ahora nos hace falta la forma de la parte superior del pie (empeine). Para ésto, y usando el molde de la curvatura como base, realizamos un plantilla en cartón del contorno del pie y luego lo traspasamos a las hormas.
Ahora tenemos que lucirnos un poco y sacar ese "artista" que todos llevamos dentro. Así con cuidado, y mucha paciencia iremos eliminando material para dar a las hormas la forma de nuestro pie (o un poco menos ya que queremos que apriete un poco), y acabaremos con un buen lijado.
Notas: Yo cometí el error de hacer el talón demasiado cuadrado, tenía que ser más redondo.También se podría haber hecho la horma copiando la forma de los pies con yeso, resina o algún material similar.
Una vez que tienes las hormas para tus pies, puedes usarla para hacer varios gatos con distintos cortes, ya que hacer las hormas es el trabajo más largo y difícil.
Se puede incluso añadir algo de espesor en algunas zonas o bien con resina o con piezas de cuero pegadas para hacer gatos mas holgados o corregir algún defecto.
Continua en:
A estos refugios se les denomina refugios libres, ya que no hay que pagar ni cumplir ningún requisito para usarlos, y sobre todo porque no tienen guarda.
En todos los refugios guardados, y en Internet, encontramos unas normas de uso para los refugios guardados, que si bien son de sentido común, no siempre son seguidas por todo el mundo.
En el caso de los refugios libres, rara vez encontrarás esas normas, que en realidad no deberían hacer falta. Digo deberían, porque la verdad, no es raro encontrar los refugios libres en condiciones lamentables provocadas por usuarios que quizás no deberían haber salido nunca del terreno asfaltado.
Estas normas, pueden ser básicamente:
- No dejes ningún tipo de basura.
- Deja todo perfectamente ordenado y limpio, independientemente de cómo lo hayas encontrado.
- Déjalo bien cerrado (puertas y ventanas).
- No enciendas fuego si no es realmente necesario, a menos que lleves tú la leña.
- Respeta el mobiliario.
- Si puedes, mejóralo.
De la misma manera, si te sobra una lata de comida, un sobre de pasta, unas barritas, galletas, una carga de gas que ya no vas a utilizar porque está por la mitad, un trozo de vela, o unas cerillas, no dudes en dejarlas allí. Incluso esa manta térmica o esterilla que vas a cambiar porque está un poco rota. Es posible que alguien en dificultades lo necesite.
No creo que haya que decirlo, pero no dejes comida que no esté perfectamente cerrada en su envase original, que vaya a caducar pronto, o cosas que se estropeen con el calor o el frío. Sobre todo en zonas bajas, aunque no es fácil, procura que la comida quede a salvo de otros usuarios del refugio, como los ratones (gracias Mannie).
- No todos son refugios.
Pero si las circunstancias no te han dejado otra opción y has tenido que refugiarte allí, trata todo con el máximo respeto, y deja todo tal y como lo has encontrado. Y no está de más cuando por fin te encuentres en el valle, preguntar por él y darle cuentas. Si no lo encuentras, puedes dejarle aviso por medio de algún vecino y hacerle llegar tus disculpas, incluso una propina o dejarle pagados unos cafés en el bar del pueblo en muestra de tu agradecimiento.
Recuerda que es su casa, y no tiene ninguna obligación de dejarla abierta o de permitirte entrar en ella.
- Y por favor, no hagas pintadas.
Creo que está todo, pero si crees que puede añadirse algo, adelante, házmelo llegar.
Deja sólo huellas, llévate sólo fotos.