Como ya comenté esta ruta en un artículo anterior, no me extenderé mucho en su descripción.
En esta ocasión, al salir de Colinas del Campo, el camino había "desaparecido" por la fuerza de la crecida del rio.
En esta foto, se puede observar a la izquierda, el resto del camino.
Después de "cruzar" el rio un par de veces, llegamos al cruce...
A partir de aquí, el camino es mucho menos claro. En verano no hay pérdida, pero en invierno, con nieve, puede ser difícil de seguir.
Seguimos ascendiendo, y una vista atrás nos permite observar el camino recorrido...
Con nieve, en las últimas rampas pueden formarse placas de hielo, por lo que en invierno es imprescindible llevar crampones y piolet. Tened en cuenta que hay sitios en los que una caída conlleva un despeño seguro.
Una vez en la cumbre, podemos observar el camino que viene de Salentinos por la cara norte.
Y como no, disfrutamos de la visión invernal de la Cordillera Cantábrica.
Como precauciones generales para esta ascensión, es imprescindible llevar piolet y crampones. Y como en toda invernal llevaremos ropa de abrigo, y un frontal por si nos retrasamos en el descenso.
En el Bierzo, en el Reino de León, encontramos este macizo, el del Catoute, que pasa un poco desapercibido, pero en el que hay mucho que ver.
Hay dos caminos para ascender a este pico. Por el Norte, desde Salentinos, o bien desde el Sur, desde un pequeño (pero curioso y agradable) pueblo llamado Colinas del Campo de Martín Moro Toledano (se tarda más en decir su nombre que en recorrer el Pueblo).
El camino no tiene pérdida, del pueblo sale un camino siguiendo el rio corriente arriba, en ligera ascensión.
Durante bastante rato no veremos nuestro objetivo. Sólo cuando llevemos un buen rato de camino podremos observar toda la montaña.
Cuando nos vamos acercando al final del valle, nos encontramos con una bifurcación que convenientemente señalizada, nos indica el camino hacia la izquierda, como la dirección a seguir.
A partir de aquí, lo que hasta ahora era un paseito, se convierte en una ascensión, un tanto exigente por el desnivel a salvar (más de 900 metros), y que puede hacerse bastante dura si hace mucho calor.
Pero no hay esfuerzo sin recompensa y un avez en la cumbre podremos ver buena parte de la Cordillera Cantábrica, y si el día es claro y tenemos buena vista, podemos buscar el Macizo del las Ubiñas o los Picos de Europa.
La vuelta puede hacerse por el mismo camino, o si hemos previsto algún medio de transporte, descender por la cara Norte hasta Salentinos.
En definitiva, una entretenida y divertida ascensión, que vale la pena.
Como precauciones generales, tened en cuenta el desnivel, de casi 1000 metros, y en verano llevad agua de reserva. En invierno ya es otra cosa.