Son pequeñas cosas que nos pueden salvar la vida. Parece mentira, que en estos tiempos de tanta tecnología, un objeto aparentemente tan simple y sencillo te pueda librar de una buena.
No necesitan electricidad, ni baterías, ni conexión a Internet. Y es cierto que no podrán reproducir tu música en MP3, ni te ayudarán a escribir un correo electrónico. En la tienda uno no cuesta mucho, pero en algunas situaciones un fisurero bien metido no tiene precio.
Felices ascensiones.
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