Cuando nos compramos (por ejemplo) una crema solar, si compramos un tubo grande nos sale más barato. El problema es que para salidas de uno o dos días, es un montón de crema que no vamos a usar, y tenemos que cargar con todo el tubo.
Una posible solución es reciclar los tubos cuando los hemos acabado. En este caso he reciclado un tubo de pasta de dientes. Son preferibles los tubos de plástico flexibles, ya que los que son más rígidos cierran peor.
Consiste en cortar el tubo a la medida que creamos conveniente, lavarlo bien y rellenar con el producto. Luego doblamos la parte trasera dos veces y lo cerramos con una pinza de plástico, de las que vienen en las cajas de cereales.
Aquí vemos el tubo cortado y pinza de plástico:
Así se ahorra un poco de espacio, pero sobre todo se ahorra peso. Aquí vemos el tubo cerrado y listo, comparado con el tubo original:
Siempre será preferible utilizar un tubo del mismo producto que queremos llevar, sobre todo para evitar confusiones, aunque si te cepillas los dientes con crema solar tampoco te pasará nada.
Antes de guardarlo en la mochila comprueba que está bien cerrado y que no pierda nada, si no te quieres encontrar tu mochila pringada. 
1 Comentarios:
hola, me gusta mucho tu blog, y solo posteo para añadir un consejo en este truco, mejor que los tubos sean con tapa de rosca, para evitar en lo posible "decorar" nuestra mochila por dentro...
un saludo y buenas cumbres...
Daniel
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